Estoy a punto de pintar mi cuarto. Traigo ganas desde hae mucho tiempo.
Por ahora sólo pintaré una pared de rojo. Hermoso rojo intenso. Para terminar con la monotonía del blanco, que también me gusta pero ya había que darle un toque de color a mi recámara.
Como complemento en la pared contraria pintaré unas repisas rojas también y me gustaría luego conseguir una sobre cama que haga juego, roja, roja.
Sí. Me gusta el color rojo.
Despejando la pared.
Ya retiré todos los muebles de esa pared, descolgué un espejo y un pizarrón blanco donde hago mis garabatos, descolgué un adorno de el símbolo hippie de amor y paz, desmonté las bocinas de mi estéreo, un calendário de musicos rockeros por mes y de una repisa quité solvente (tolueno que usé en serigrafía), resistol 500, una lata de pintura en spray amarilla y diversos colores en botellitas de pintura acrílica.
Además, coloqué periódico en el piso para eso de las goteras de pintura y cinta adhesiva (masking tape) en los bordes para no manchar -tanto-. Todo listo.
Tengo mi lata de 4 litros de pintura que aún tengo que rebajar, ya traigo la ropa que no me importa que se manche, el cabello amarrado, todo listo.
En unos cuantos minutos empezaré a pintar.
Mi pared no es lo único que cambia de color, hoy mismo me compré tinte para hacerme unas mechas super rubias en mi cabello oscuro. Eso será mañana. Uff… Tanta cosa que hacer.
Yo digo que de vez en cuando es muy bueno un cambio. Y para mí ese cambio ha comenzado.
——– Actualización ———
Uuuuufffff… pues ya terminé y quedó bonito, un poco de problemitas pero al fin resueltos, solo me falta colgar de nuevo todo en la pared y ya está. Y yo quedé toda pintada de rojo también (a alguien le suena Carrie la Ira, jeje).