Producto de la prisa, la casualidad y la estupidez humana de la que nadie esta exento, ni siquiera yo, hoy terminé el día con 2 dedos machucados, doloridos y casi inútiles.
Ahora les cuento un resumen rápido de como pasó: estaba en un auto, tengo prisa por bajar, accidentalmente presiono el botón que baja el vidrio antes de abrir la puerta, me bajo, tomo la puerta para cerrarla pero meto mis dedos en el espacio entre el vidrio abierto y el marco de la puerta y -no sé ni como- con la otra mano accidentalmente subo el vidrio. Fue rápido, doloroso y patético. Inmediatamente saco los dedos, se me llenan los ojos de lágrimas y trato de no ser una bebé chillona, agito la mano, maldigo un poco y al final, como reflejo natural me llevo los dedos a la boca.
Sí, yo sé, triste, ridículo hasta cómico accidente. ¿Pero a quién no le ha pasado machucarse o golpearse por una estupidez propia? -aquí es cuando un arrogante viene y dice «¡yo nunca!» para hacerme quedar mal-.
Pues bien, heme aquí, escribiendo lento, dándome cuenta que tan útiles son esos 2 dedos para teclear.
Ahora estoy incapacitada para varias cosas con esa mano:
- Rascarme
- Tronar los dedos
- Picarme la nariz
- Señalar a alguien y reirme (me duelen los dedos cuando los estiro).
- Tirar dedo (misma razón que en el punto anterior).
- Jugar videojuegos en casi cualquier consola.
- Teclear rápido como acostumbro.
- Abrir latas de jugo o soda.
Podría declararme incapacitada para bloggear, pero soy una jefa muy exigente, además, no soy tan nena. Pensé en poner una foto de mis dedos, pero aún no estan los suficientemente morados como para exibirlos.